“Decimos que una cosa está bien cuando tiende a preservar la integridad, estabilidad y belleza de la comunidad biótica. De lo contrario, está mal.”
Cultivar Más que Alimento y Fibra
Las Compañías de Activo Natural (NAC) que se centran en áreas productivas se ocupan principalmente de transformar las prácticas de producción agropecuaria actuales, llevándolas desde los métodos convencionales que degradan los ecosistemas, hacia métodos regenerativos, que los restauran. La agricultura regenerativa implica que la producción agrícola y ganadera se realicen de manera que los suelos se preserven, aumenten la biodiversidad, produzcan mejores alimentos y participen de una cadena de suministro de alimentos resiliente, a la vez que se restaura su rentabilidad neta.
La agricultura es uno de los focos principales de IEG, ya que está en el centro tanto de problemáticas ambientales como sociales, incluyendo: agua, energía eléctrica, clima, salud humana, economía y biodiversidad. La innovación financiera e infraestructura de intercambio de IEG brindarán los fondos y metodología necesarios para impulsar un cambio de gran escala en las prácticas agropecuarias, llevándolas de extractivas a regenerativas.
En la actualidad, los productores son compensados por generar materias primas, pero no por producir aire puro, agua, alimento saludable, suelos, estabilidad climática o hábitats para la vida silvestre (colectivamente, capital natural y servicios ecosistémicos). Sin embargo, producir estos bienes y servicios esenciales y gestionar los recursos adecuadamente es tan o más valioso que la producción de alimentos.
Al crear un activo de capital natural en permanencia con la tierra, IEG está generando un método para que los productores agropecuarios se vean compensados tanto por las materias primas como por sus servicios ecosistémicos. Los activos de capital natural pueden compararse con otros ya existentes en la tierra, como los minerales, el agua y el derecho al desarrollo y al acceso a la propiedad.
Ejemplo de proyecto:
IEG está trabajando en colaboración con empresas en los sectores de alimentos y agricultura con el fin de ayudarlas a cumplir con sus metas en Sostenibilidad y así promover una transición a un futuro regenerativo.
Estaremos anunciando el patrocinio de nuestras primeras NACs corporativas durante este segundo semestre del 2021.
El Impacto de Excluir al Capital Natural de los Sistemas Agropecuarios
El suelo es una de las principales fuentes potenciales para remover CO₂ de la atmósfera. Regresar el carbono al suelo podría almacenar entre 88 y 210 gigatoneladas de carbono, lo que equivale a entre 40 y 100 ppm de CO₂. Los niveles actuales se encuentran en aproximadamente 408 ppm, y necesitamos reducirlos hasta 350, o mejor aún, 300 ppm (niveles de CO₂ preindustriales) para combatir el cambio climático. Introducir prácticas regenerativas en la agricultura puede tener un impacto significativo para combatir el cambio climático. IEG tiene la capacidad de ser un catalizador crítico para esta transformación.
Prácticas actuales de la industria agrícola:
Son responsables de la liberación acumulada de más de 459 gigatoneladas del carbono en el suelo a la atmósfera y los océanos. Esto es más que las 392 gigatoneladas de carbono liberadas a la atmósfera por el consumo de combustibles fósiles y producción de cemento, acumuladas desde el descubrimiento y utilización del carbono fósil.
Han generado la erosión y degradación de más de un tercio de la capa superficial del planeta durante el siglo pasado.
Consumen más del 75% del agua dulce utilizada por el ser humano.
Producen el 80% de toda la contaminación de fuentes no puntuales (difusas) liberada a las vías fluviales y océanos.
Liberan el 24% de las emisiones CO₂Eq por año.
Han reducido el valor nutritivo de nuestros alimentos, generando numerosos impactos negativos sobre la salud.
Constituyen algunas de las actividades humanas de mayor impacto sobre las poblaciones de animales salvajes, diversidad genética y degradación de la infraestructura natural.
Una Economía Agrícola en Crisis
Aún con subsidios directos y ocultos, la economía de la agricultura industrial es desfavorable. Según el USDA, existen alrededor de 2 millones de fincas en Estados Unidos. La mayoría (76%) van a pérdida o generan menos de US$50.000 al año. Para 2018, el USDA calculó la renta agrícola media en US$1.548 negativos al año. Unas pocas fincas (4%) son responsables del 70% de los ingresos agrícolas de Estados Unidos. En 2017, el USDA calculó que las fincas comerciales tenían, en promedio, obligaciones de deuda (interés y principal) anuales por casi US$93.000. La mayoría de los productores agropecuarios debe tener un segundo trabajo fuera de la finca para sobrevivir, y los índices de bancarrota y ejecución hipotecaria son alarmantes.
Aquellos que participan del sistema industrial y logran sobrevivir, lo hacen a costa de aumentar su deuda o vender o arrendar tierras. Las fincas familiares están desapareciendo y están siendo reemplazadas por empresas agrícolas cada vez más grandes, que emplean técnicas aún más destructivas para cuidar su rentabilidad. Como resultado, las comunidades rurales están siendo vaciadas, dando lugar a una creciente brecha entre economías muy prósperas basadas en el conocimiento, como las de NYC y Silicon Valley, y grandes extensiones de campo, con economías cada vez más marginales.
Agricultura Regenerativa, una Alternativa
Hay otro camino. Una cantidad creciente de pruebas acumuladas a nivel mundial ofrecen soluciones reales y rentables para reemplazar los métodos de agricultura extractiva por prácticas regenerativas. Estos métodos generan sistemas de suelos y biológicos, como cosechas perennes, pastoreo controlado adaptativo y el cultivo de protección de suelos.
Está demostrado que estas técnicas producen enormes beneficios ambientales, sociales y económicos, como:
Desarrollar los suelos y la vida del suelo, en lugar de minarlos
Elevar la rentabilidad agrícola
Reducir riegos y aumentar la resiliencia a inundaciones y sequías
Ofrecer hábitats para la vida silvestre y aumentar la biodiversidad
Reducir la demanda de recursos escasos de agua potable
Reemplazar el uso de insumos sintéticos tóxicos (fertilizantes, pesticidas, herbicidas y fungicidas) con una fertilidad biológicamente resiliente, que controla pestes y enfermedades
Aumentar la nutrición y seguridad de los alimentos, lo que contribuye a reducir costos sanitarios
Brindar un almacenamiento significativo de carbono y reducir las emisiones de metano
La Solución de los Suelos para el Secuestro de Carbono, como forma de Combatir el Cambio Climático
El suelo es una de las principales fuentes potenciales para quitar CO₂ de la atmósfera. Regresar el carbono al suelo podría almacenar entre 88 y 210 gigatoneladas de carbono, lo que equivale a entre 40 y 100 ppm de CO₂. Los niveles actuales se encuentran en aproximadamente 408 ppm, y necesitamos reducirlos hasta 350, o mejor aún, 300 ppm (niveles de CO₂ preindustriales) para combatir el cambio climático. Introducir prácticas regenerativas en la agricultura puede tener un impacto significativo para combatir el cambio climático. IEG tiene la capacidad de ser un catalizador crítico para esta transformación.